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Marta Gómez
2024-09-12

Todos los días hago scroll en cualquier red social donde, sin yo quererlo, diferentes marcas han logrado llamar mi atención y crearme una nueva necesidad. También utilizo mi ordenador para hacer compras online en tiendas que, probablemente, podría encontrar a la vuelta de la esquina, o para realizar trámites importantes y evitar las largas colas en las oficinas físicas. Por no hablar de los viernes, que es cuando puedo hacer el trabajo de oficina desde mi cómoda casa. Todo esto me lleva a reflexionar: ¿por qué sigue siendo tan relevante la ubicación de un negocio cuando la mayoría de las personas trabajan, se reúnen y compran principalmente a través de internet?

En esta realidad cada vez más digital, la principal razón por la que la ubicación sigue importando es porque somos seres físicos, obviamente. Aunque el comercio electrónico, la realidad virtual y el trabajo online se hayan integrado en nuestra vida diaria, las ubicaciones geográficas, con todo su contexto sensorial, histórico, cultural y experiencial, siguen llamando nuestra atención o, en algunos casos, provocando incluso el rechazo. No hay que buscar mucho para encontrar ejemplos que lo demuestren. Si piensas que la ubicación no es importante para una marca, tan solo piensa en toda la controversia alrededor de la sede de la Copa Mundial de la FIFA en Qatar en 2022.

 

Ubicación

Cuando se trata de branding, los detalles sí que importan. Desde siempre, la ubicación física de una marca juega un papel muy importante en la formación de su identidad. La conexión de una marca con un lugar específico no solo formaba parte de su identidad, sino que también influía en su estrategia y en cómo es percibida globalmente. No se me ocurre un mejor ejemplo que Lexington. ¿Una empresa española con nombre en inglés? Así es. Y, por si no lo sabías, Lexington fue el primer operador de espacios de coworking en España, abriendo sus puertas hace más de 40 años e inspirándose en el modelo estadounidense. Ahora todo tiene sentido, ¿verdad? 😉

 

Diseño

¿Te imaginas que Patagonia⛰️, conocida por su conexión con la naturaleza y su compromiso con la sostenibilidad, tuviese un diseño más bien futurista y minimalista? Aunque podría parecer interesante, también resultaría un poco extraño.

El diseño de una marca tiene que reflejar el entorno y los valores en los que se mueve. Por eso, Patagonia ha construido su identidad en torno a una imagen sólida y auténtica que refleja su compromiso con el medio ambiente, la sostenibilidad, la propia Patagonia. Su branding transmite durabilidad y funcionalidad, justo lo que sus clientes buscan en productos para la aventura y la vida al aire libre.

Reconocimiento de marca y reputación

La ubicación es un factor clave en cómo recordamos y percibimos una marca. Por ejemplo, situar una tienda de Apple en una de las principales avenidas de San Francisco, una ciudad emblemática en el mundo de la tecnología, no solo facilita el acceso a clientes potenciales, sino que también refuerza su imagen de innovación y modernidad. De manera similar, una consultoría que se establezca en el corazón financiero de Madrid no solo ganaría visibilidad, sino que también fortalecería su reputación como líder en el sector.

En definitiva, la ubicación sí es crucial para el branding de una marca, pero también soy consciente de que conseguir una ubicación estratégica puede parecer todo desafío, especialmente para las pymes y startups. La buena noticia es que los operadores de espacios de trabajo y oficinas flexibles han cambiado esta realidad. Espacios flexibles, como los de Lexington, ofrecen a todo tipo de empresas la oportunidad de compartir ubicaciones premium y ambientes profesionales en áreas de alto prestigio. Las ventajas están claras: beneficiarse de una ubicación destacada reduciendo costes operativos.

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